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martes, 26 de junio de 2012

VIGESIMO CAPITULO


Y allí estaba él, con el cuerpo empapado, emanando calor desde todos sus poros, sonriéndome pícaramente invitándome a unirme a él. Y allí estaba yo, roja como un tomate por verlo sin absolutamente nada de ropa, tan musculoso, tan perfecto. Se acercó a mí y me abrazó, noté como mi temperatura corporal subía a causa de la excitación. Sin dudarlo un momento me desabroché la camisa de Liam lo más rápido que pude y nos metimos los dos juntos a la ducha de nuevo. Estuvimos como media hora allí dentro, debajo de los chorros de agua, hasta que decidimos salir.
-Ha sido la mejor ducha de mi vida- me dice Liam- y además creo que es una buena manera de ahorrar agua, deberíamos ducharnos siempre juntos para ayudar a la tierra.- En su cara se dibujó una sonrisa pícara.
-También ha sido la mejor ducha que me he dado nunca,- yo también estaba sonriendo- pero no creo que hayamos ahorrado mucha agua, pues hemos estado media hora con el chorro abierto.
-Entonces… ¿No vas a querer ducharte conmigo nunca más?- Dijo fingiendo estar dolido.
-Claro que sí, pero no todos los días, hay diferentes maneras de estar juntos.- A Liam volvió a dibujársele la sonrisa en la cara y empezó a atraerme hacia él.
-¿Y me vas a decir las formas que hay?- Me preguntó en un tono muy sensual al oído.
-Te las diré, pero cuando llegue el momento.- Me deshice de su abrazo y me volví a poner la camisa de Liam, después baje corriendo escaleras abajo hacia la cocina.
-¡Alice espera!- Escuchaba como bajaba detrás de mí por las escaleras. Finalmente me alcanzó.- ¿Estabas huyendo de mí?
-Podría decirse que sí.- Los dos empezaos a reír y yo me giré para darle un beso. Después volví a empezar a correr por toda la casa.
-Con que huyendo de mí, pues ahora pagaras las consecuencias.- Empezó a perseguirme hasta que al final consiguió cogerme y me puso en lo alto de su hombro como si fuera una alfombra enrollada.
-¡Bájame!- empecé a quejarme.
-Está bien ya te bajo- de repente me soltó y yo caí a la piscina, el se tiró tras de mí. Empezamos a jugar en el agua hasta que mis tripas decidieron empezar a rugir a causa del hambre.
-Liam, tengo hambre, ¿podríamos ir a desayunar?
-Por supuesto, he escuchado el ruido que hacen tus tripas y la verdad es que dan un poco de miedo, así que mejor comer algo cuanto antes.- Le propiné n puñetazo suave en el brazo, pero luego me reí.
Salimos de la piscina y nos dispusimos a desayunar, Liam no me dejo entrar en la cocina y se empeño en hacer el desayuno. Salió de la cocina poco después con una bandeja llena de bollería y dos grandes tazas de café. Cuando acabamos de desayunar recogimos todo el desayuno y la cena de ayer y yo fui al cuarto para vestirme e irme a casa.
-¿Te vas ya?- Me preguntó Liam mientras bajaba las escaleras.
-Sí, ya es tarde y mi madre supongo que ya habrá empezado a preocuparse y a preguntarse donde estoy.
-Bueno, pues adiós- se acercó a mí y me dio un dulce beso que yo continué. No tenía ganas de separarme de él pero tenía que hacerlo.- Luego hablamos.- Me acompañó a la puerta y me dio otro beso.- Te quiero, no lo olvides nunca.- Se me dibujó una sonrisa en la cara.
-Yo también te quiero.- Salí por la puerta, no podía creer que Liam me hubiera dicho que me quería. Ahora mismo era la persona más feliz del mundo, hasta que vi quien se estaba acercando hacia la casa de Liam. 


Bloggeros, ya veis que ahora estoy subiendo capítulos a diario, pero me gustaría que comentarais en ellos para saber si alguien los lee o no, por que si no tengo lectores me parece una tontería continuar escribiendo la novela. ¿Qué tal lleváis las vacaciones? Espero que bien, un beso gente :)

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