El viento dejó de
darme en la cara y el motor dejó de sonar por lo que supuse que ya habíamos
llegado. Me solté de él, aunque sin demasiadas ganas, y me bajé de la moto. Le
devolví el casco y lo dejo detrás suyo para ponérselo luego, después él también
se bajó de la moto y me dio una abrazo, bastante firme pero a la vez con
cariño. Después me miró a los ojos y me perdí en ellos sin poder hacer nada
para evitarlo.
-¿Por qué no me
das tu número de teléfono y así quedamos algún día?- seguía mirándome a los
ojos por lo que me costó un poco reaccionar.
-Sí, ahora te lo
doy.- Nos intercambiamos los teléfonos y nos despedimos con dos besos.
Subiendo por las
escaleras, pude pensar con más claridad sobre lo que acababa de hacer ¡Le había
dado mi número a Liam Payne para tener una cita con él! Pero yo tenía novio y
no podía hacerle eso. Vale, es verdad que él vivía en Nueva York y yo en
Londres, y que la gente siempre ha dicho que las relaciones a distancia no
funcionaban. Pero lo mío con Cody era diferente, nos veíamos tres semanas en
verano, dos en invierno y un mes entero en primavera y a los dos nos bastaba.
No podía decirle que lo dejaba por que había conocido a un cantante famoso, eso
era demasiado cruel. Así que opté por lo simple, se lo ocultaría a los dos y,
si eso, algún día, se lo contaría.
Entre a casa y me
fui a mi cuarto para hablar con Cody. Estuvimos casi tres horas hablando, pero
mis parpados cada vez me pasaban más por lo que me despedí de Cody, me
desconecté y me acosté.
El domingo me
desperté a las 13:15 y me fui directamente a comer. Después de comer, estudié
un rato y me tumbé en la cama para escuchar música. Instintivamente puse mi
grupo favorito “One Direction” y enseguida me acordé de Liam y de que tenía su
número. Estuve pensando en llamarle, pero al final no lo hice para que no
pensara que estaba desesperada.
A las 17:00 recibí
un mensaje de Liam ¡Quería quedar conmigo! Me puse una camiseta rosa palo con
unos shorts azul marino y un bolso y unas sandalias a juego con la camiseta. En
el bolso metí las llaves, el móvil y la cámara de fotos. Me hice un moño y me
eché un poco de maquillaje para tapar las chapetas causadas por el Sol. Me
despedí de mis padres y les dije que había quedado con mis amigas. Bajé al
portal y allí estaba él, en su moto. Llevaba un casco negro con llamas y a mí
me ofreció uno rosa de la marca chupachups. Me monté en la moto y nos fuimos a
una casa de campo. Nos bajamos y
entramos dentro. Era una casa bastante rustica, pero muy acogedora.
-Guau… esto es
impresionante, que casa tan bonita.
-Pero, si todavía
no hemos llegado…
-¿A no?- pregunté
algo confundida.
-No, para nada, lo
que yo quiero enseñarte es mucho mejor.- Se acercó a mí y muy suavemente me
puso una venda en los ojos- pero quiero que sea una sorpresa.
Me cogió de la
mano y fue guiándome, escuché como abría una puerta y una brisa de aire
veraniego me recorrió todo el cuerpo. Se volvió a acercar a mí, esta vez para
quitarme la venda. Por un momento la luz del Sol me cegó pero al final conseguí
abrir los ojos lentamente y cuando vi aquel sitio me quedé sin habla. Se
trataba de un pequeño lago rodeado por arboles. Era el sitio más bonito en el
que había estado nunca.
Me encanta :) sigue así
ResponderEliminarGracias!
ResponderEliminar